¿Cómo ser una Gran Mujer?

Por lo pronto aclaremos que resulta imprescindible no ubicarse detrás de un Gran Hombre sino, en todo caso, al lado de un Gran Hombre.

En mi caso cuento con la ventaja de haber sido parida por una Gran Mujer, y criada por otra; pero de todos modos la grandeza propia hay que construirla de cero y a los golpes y, antes que nada, descubrir/decidir qué tipo de Gran Mujer una puede/quiere llegar a ser. Eso es lo más complicado.

Llama la atención cómo la grandeza en este mundo machista parece ser una virtud intrínsecamente masculina. Ya de entrada cualquier mujer que no se conforme con un papel secundario en su propia vida (vivir para su marido, sus hijos, sus padres) seguro irá cosechando a sus espaldas escandalizadas sospechas respecto de su femineidad. De esto podemos deducir un primer requisito básico: una actitud rebelde que rechace los estereotipos sociales machistas a los que se le exija atenerse.

Un segundo requisito ineludible es ser consciente de en qué mundo se vive. Por lo general esto se aprende por las malas: cuando una trata de ejercer libertades que se dan por sentadas y se choca con la cruel realidad de que no somos todos iguales, ni ante la ley ni ante nada. La opresión está ahí, pero sólo se la siente realmente cuando una deja de considerarla algo normal e intenta enfrentarla.

Y, en mi opinión, después hace falta también ser consciente de que la opresión de género no es la única que existe, y defender tanto las causas propias como las ajenas.

Publicado el marzo 10, 2012 en Dibujo y Pintura, Opinión, Personal, Política, Uncategorized. Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.

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