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No fue un accidente…

…fue parte de los «daños colaterales», de los «imprevistos previsibles» de este sistema de mierda, que mantiene los negocios capitalistas al costo del sudor y la sangre del pueblo. ¿Culpar a los trabajadores? ¿A los pasajeros? El colmo del cinismo. Los millones no van a sueldos ni a mantenimiento de trenes y vías: van a los bolsillos de los Cirigliano (no muy diferentes de los Taselli), de los Pedraza, de los Schiavi y los Kirchner de este mundo.

Che, Cristina, los 90, ¿no se habían terminado? Lágrimas de cocodrilo vierte la presidenta. Será para hacer juego con la cartera.